martes, 27 de agosto de 2013

PREPARACIÓN PSICÓLOGICA PARA EL TENIS DE MESA–2da Parte

Lic. Ezequiel Katz | Psicólogo especializado en Deporte

lic.katz@gmail.com | 154 403 6870

MN 46.966

¿Empezaste a registrar lo que pasa por tu cabeza en cada partido y entrenamiento? Recapitulemos: en nuestro anterior artículo pudimos empezar a ver cómo nuestros modos de interpretar ciertas situaciones deportivas propias del tenis de mesa determinan nuestras emociones y acciones deportivas. Veamos un ejemplo:

tabla

¿Con cual forma de pensar, sentir y/o actuar te sentís más identificado?

Cada situación deportiva posee sus propias formas de interpretarlas. En mi experiencia trabajando con tenismesistas de toda clase de niveles, algunos modos de pensar son relativamente habituales. Por ejemplo, ha sido muy frecuente encontrar tenismesistas de un nivel elevado de nivel y ranking que perciben de modo amenazante cuando les toca medirse contra un par de un nivel y ranking inferior. “Le TENGO QUE ganar, no puedo perder contra un rival así”. Ese modo de pensar suena más a una actitud de presión y tensión que de seguridad y confianza, ¿verdad?

Sería un error caer en la idea de que “es todo mental” y que a partir del modo en que interpretemos ciertas situaciones, vamos a ganar o perder una competencia. Pero se hace evidente ver que poseer una adecuada preparación psicológica nos permite afrontar cada situación deportiva de una forma más adaptativa y realista.

El TIP N°1 apuntó a que empecemos a tomar consciencia de cómo percibimos (pensamientos e imágenes mentales) distintas situaciones deportivas complejas que se nos presentan y pudiésemos creer que tuviesen un trasfondo mental. Este paso no resulta tan sencillo porque muchos pensamientos aparecen de modos “automáticos” y/o pasan muy fugazmente por nuestra mente. Por eso es recomendable anotar en una suerte de diario o grilla de registro de pensamientos y anotarlos lo antes posible una vez que aparecen. Volvamos a nuestro ejemplo inicial: estar a un punto de ganar un set. Obviamente, si se tratase de un primer set no podremos anotar en un cuaderno lo que pensamos una vez que hayamos perdido, porque precisamente arranca el segundo set. En un caso así, lo recomendable es anotar lo que pasó por nuestra mente una vez que haya terminado el partido o, si tenemos un buen registro de nuestro autodiálogo, cuando finalice el torneo o al día siguiente. Como se anticipó, muchos pensamientos no son tan fáciles de registrar y, un error habitual, es confundir una emoción con un sentimiento. Por lo tanto, esta es una actividad que requiere mucho entrenamiento y mucho ensayo y error. El objetivo inicial es poder descubrir cuáles emociones y acciones disparan nuestros modos de interpretar/pensar y una vez que vayamos practicando en reiteradas ocasiones este ejercicio iremos descubriendo que tenemos “patrones de pensamiento”. Por ejemplo, nuestro modo de pensar frente a una chance clara de ganar un set no se va a dar una única vez en nuestras vidas, sino que posiblemente se repita en muchísimos posibles cierres de sets. Poder empezar a registrar nuestros modos habituales de pensamiento, nos permitirá entender más claramente por qué chocamos con la misma piedra estando en las mismas situaciones. ¿Por qué siempre perdemos contra un rival que creemos que podemos ganarles? ¿Por qué nos ponemos nerviosos en las mismas circunstancias? ¿Por qué nos cuesta cerrar los partidos? ¿Por qué los primeros puntos de los partidos nos cuestan tanto? Esas y otras preguntas empezarán a tener explicaciones racionales.

TIP N°2: Empezá a descubrir cuáles son tus “patrones de pensamiento” frente a puntuales situaciones deportivas y cuáles emociones y acciones desencadenan.

jueves, 15 de agosto de 2013

El Valor de la Mente en el Tenis de Mesa - N°1

Lic. Ezequiel Katz | Psicólogo especializado en Deporte

lic.katz@gmail.com | 154 403 6870

MN 46.966

Nadie duda de la importancia de los factores técnicos, físicos y estratégicos en cualquier deporte y el tenis de mesa no es la excepción. Obviamente se requiere talento (“una buena muñeca”) para competir, una preparación física adecuada para poder moverse en cada punto y resistir el embate a lo largo de todo un partido y, desde luego, la estrategia resulta crucial para poder planificar un torneo, un partido y un punto. Estos tres factores, en menor y mayor medida, suelen entrenarse, pero ¿qué sucede con el factor mental?

En más de un torneo he escuchado que le dicen a un tenismesista “¡concentrate!” esperando que con esa simple indicación el deportista, sin ninguna clase de preparación psicológica profesional de por medio, pueda focalizar correctamente y superar las presiones, miedos y estrés que pudiera estar afrontando en esa situación competitiva. Es casi tan difícil de lograr como que le digan a un jugador “topea” sin que jamás antes haya entrenado el top. Sin un entrenamiento profesional de por medio resulta una tarea imposible, ¿verdad?

El rendimiento deportivo está amparado sobre 4 factores: los aspectos físicos, técnicos, estratégicos/tácticos y los mentales. No importa qué tan talentoso pudiera resultar un deportista, si no sabe manejar su concentración, confianza, autodiálogo y niveles de ansiedad y activación, difícilmente pueda rendir en su mejor nivel. ¿Esto quiere decir que si uno no se prepara psicológicamente su rendimiento va a resultar pobre? Por supuesto que no. Simplemente quiere decir que ese deportista podría alcanzar su mejor versión de sí mismo si entrena el factor mental de su juego. Un auto puede funcionar si de sus 4 ruedas, una está pinchada, pero marcharía mucho mejor si las 4 estuviesen en un buen estado.

Imaginemos un tenismesista que se encuentra físicamente preparador, que ha elegido meticulosamente una estrategia junto con su entrenador y planea jugar implementando las destrezas y golpes que en los entrenamientos puede ejecutar casi perfectamente. ¿Creen que ese tenismesista podría rendir en su mejor versión si en las competiciones le aparecen elevados niveles de ansiedad y nerviosismo? ¿Si frente al primer error que comete se frustra con facilidad y pierde su foco atencional en el partido? ¿O si le cuesta entrar “metido y con energía” desde el principio de cada partido”? Y las preguntas podrían ser aún más.

El tenis de mesa es un deporte que posee la particularidad que luego de jugar cada punto, deviene un tiempo muerto. Si bien cada tiempo muerto suelen ser breves segundos, éstos resultan cruciales y si uno los prepara adecuadamente, pueden ser la clave para ganar el siguiente punto. Podríamos decir que en cada tiempo muerto, la pelota está detenida, pero la mente está activa. El autodiálogo, las imágenes mentales y las emociones que se disparen en esos breves segundos, serán vitales. El punto, en cierto sentido, no empieza en el momento en el que uno realiza el saque, sino antes, cuando uno procesa lo que sucedió en el punto anterior, elige el próximo saque, se alienta (o se cuestiona y reprocha), se activa (o desmotiva), etc. Allí se aloja gran parte del “Juego Mental”.

La Psicología del Deporte es una disciplina dentro de la Psicología y, a su vez, pertenece a las denominadas “Ciencias del Deporte”. Su objetivo es mejorar el rendimiento deportivo por medio del entrenamiento de las distintas habilidades psicológicas (confianza, concentración, etc.) y garantizar el bienestar y la satisfacción que el deporte y la actividad física pueden proporcionar.

¿Cómo trabaja un Psicólogo del Deporte? Como un auxiliar del entrenador, asesorando a este último y a los deportistas y entrenando por medio de un programa de entrenamiento psicológico las principales habilidades psicológicas que sean requeridas según el deporte en el cual trabaje (lógicamente, las habilidades psicológicas requeridas por un tenista de mesa no serán las mismas que para un maratonista).

Entonces, ¿para prepararse mentalmente hay que “entrenarse” con un psicólogo especializado en deporte? Sería lo ideal, pero no es la única alternativa. Existen muchos manuales de Psicología Deportiva escritos para preparar mentalmente a los deportistas y cada vez más son los entrenadores que realizan cursos sobre herramientas psicodeportológicas o trabajan con psicólogos deportivos para estar mejor formados en la preparación psicológica de sus deportistas.

El Tenis de Mesa y la Psicología

En el Tenis de Mesa los partidos (si es al mejor de 5 sets) suelen durar aproximadamente 20-25 minutos. ¿Pero de esos 20-25 minutos cuánto tiempo está la pelota en movimiento? No más que unos 8 o 9 minutos. La mayor parte del tiempo que dura un partido está asignada a los tiempos muertos y por eso mismo, las habilidades psicológicas son tan importantes en este deporte por encima de otros. Lo que uno piense y sienta en esos tiempos muertos determinará las acciones de cada punto. Imaginemos a un tenista de mesa que está por perder su partido y durante el tiempo muerto piensa “va a ser imposible que lo alcance”, posiblemente jugará su punto desanimado y frustrado. Pero si el mismo jugador, en la misma situación piensa “tengo que arriesgar más, le puedo ganar” saldrá a jugar su punto sintiéndose activado y concentrado para jugar su punto. Es por ello, en cada situación, el juego mental se vuelve una parte vital del juego.

No hay una única realidad sino que hay tantas como personas. Dos personas pueden vivenciar el mismo hecho y la diferencia estará del modo en que lo interpreten. Si un tenismesista gana un punto luego de realizar un “bagre” y piensa “Tuve suerte”, posiblemente, su confianza para el próximo punto no será la ideal ya que cree que el punto que acaba de realizar fue producto del azar en lugar de su propio potencial. Si estamos por jugar un partido difícil y pensamos “no tengo chances”, seguro que nuestras fuerzas y actitud serán muy pobres y eso dará pie a nuestra futura derrota. Esto no quiere decir que uno siempre debe pensar “en positivo”. Lo conveniente es pensar REALISTA Y ADAPTATIVAMENTE. Si tenemos un partido difícil por delante, lo ideal sería repasar cuáles son nuestras fortalezas con las que contamos como para hacer un buen partido y hacer foco en los rendimientos por encima del resultado (ganar o perder). Esto se explica porque se plantea que el modo que tenemos de interpretar nuestra realidad dispara emociones y acciones.

Situación | Pensamiento –> Emoción –> Acción

El Rival es superior | “No tengo chances” –> apatía, preocupación, desesperanza  -> Pobre actitud y desconcentración

Por eso, el primer paso para empezar a prepararnos mentalmente es comenzar a tratar de registrar qué es lo que pensamos y sentimos antes, durante o después de cada competencia y cada entrenamiento. Si logramos empezar a tomar consciencia sobre lo que pasa en nuestra cabeza en ciertos momentos claves, podremos empezar a registrar el impacto que lo mental tiene sobre el rendimiento. Desde ya que con esto no alcanza, es sólo el primer paso; para empezar a entrenar, primero debemos saber dónde estamos parados, con cuáles recursos y dificultades contamos.

Tip nº1: Comenzá a registrar tus pensamientos y emociones durante los momentos claves de cada partido y evaluá cómo influyen en tu rendimiento deportivo.